Certificada en 2015, Vilanova i la Geltrú cuenta con numerosos atractivos, como los seis kilómetros de playas de arena fina con servicios y equipamientos adaptados al visitante; un patrimonio rico y valioso donde destacan las casas de los indianos, los jardines románticos o las fuentes monumentales; una oferta comercial con más de 700 establecimientos; y una gastronomía arraigada en el trabajo del mar y de la tierra, y basada en la calidad del producto.
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